Los años 80 fueron especiales, y eso no lo duda ya prácticamente nadie.
Como cada década trajo sus novedades, marcando una tendencia que perduraría hasta bien entrados los años 90. Si los 60 y 70 se caracterizarían por los diseños extravagantes y forzados, los 80 lo serían por la modernidad, el cambio y sobre todo por la llegada al mercado de unas calidades y formas desconocidas hasta el momento. La invasión de materiales tales como la fibra de vidrio y las novedosas resinas plásticas, la revolución tecnológica alcanzada con mecánicas tremendamente avanzadas y el auge de los colores metalizados, y materiales anodizados pasaron a equipar y engalanar las mas sofisticadas máquinas de ensueño que por entonces empezamos e ver correr por nuestras carreteras.
Empezaría así la lucha obsesiva contra el factor CX, con la utilización masiva del túnel del viento, y aparición de soluciones mecánicas de vanguardia consiguiendo así caer con rotundidad barreras físicas y tecnológicas como las de los 200 km/h o los 100 cv.
En España, durante los años 80, nos estrenamos como europeos, escuchamos por primera vez la palabra globalización y empezamos a interesarnos por la informática. Fue un tiempo en el que vimos transformarse nuestras viejas carreteras en modernas autovías y autopistas. Se iniciaba un nuevo tiempo en el que la palabra cambio lo impregnó casi todo, y entramos en una época llena de esperanza que puso a la sociedad española en el camino de la modernidad.
En el mundo de las dos y cuatro ruedas, muchos fueron los cambios. Para las dos ruedas, la evolución máxima de los motores refrigerados por aire, con posterior entrada del agua y soluciones mecánicas mas que complejas (motores en "V" a la vez que multi-vávulas, etc.); en las cuatro ruedas: la llegada de la inyección electrónica (GTI) y la aparición de los motores multi-vávulas (los famosos 16 vávulas del momento).
Como cada década trajo sus novedades, marcando una tendencia que perduraría hasta bien entrados los años 90. Si los 60 y 70 se caracterizarían por los diseños extravagantes y forzados, los 80 lo serían por la modernidad, el cambio y sobre todo por la llegada al mercado de unas calidades y formas desconocidas hasta el momento. La invasión de materiales tales como la fibra de vidrio y las novedosas resinas plásticas, la revolución tecnológica alcanzada con mecánicas tremendamente avanzadas y el auge de los colores metalizados, y materiales anodizados pasaron a equipar y engalanar las mas sofisticadas máquinas de ensueño que por entonces empezamos e ver correr por nuestras carreteras.
Empezaría así la lucha obsesiva contra el factor CX, con la utilización masiva del túnel del viento, y aparición de soluciones mecánicas de vanguardia consiguiendo así caer con rotundidad barreras físicas y tecnológicas como las de los 200 km/h o los 100 cv.
En España, durante los años 80, nos estrenamos como europeos, escuchamos por primera vez la palabra globalización y empezamos a interesarnos por la informática. Fue un tiempo en el que vimos transformarse nuestras viejas carreteras en modernas autovías y autopistas. Se iniciaba un nuevo tiempo en el que la palabra cambio lo impregnó casi todo, y entramos en una época llena de esperanza que puso a la sociedad española en el camino de la modernidad.
En el mundo de las dos y cuatro ruedas, muchos fueron los cambios. Para las dos ruedas, la evolución máxima de los motores refrigerados por aire, con posterior entrada del agua y soluciones mecánicas mas que complejas (motores en "V" a la vez que multi-vávulas, etc.); en las cuatro ruedas: la llegada de la inyección electrónica (GTI) y la aparición de los motores multi-vávulas (los famosos 16 vávulas del momento).
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