lunes, 18 de mayo de 2015

PROYECTO KATANA (SEXTA PARTE): UN CORAZÓN DE 110 CVS Y 90 KGS.

Lo de adecentar el exterior de los motores japoneses, sobre todo los que vienen pintados en negro, no es que sea demasiado complicado. El problema radica en que, sencillamente, es un coñazo. 

Para comenzar, necesitas un lugar apropiado en el que lavarlo y eliminar los restos de grasa y suciedad que año tras año ha ido atesorando. Y les aseguro que en mi caso no ha sido fácil ya que el único lugar disponible siempre ha sido un pequeño patio, de muy difícil acceso, por el que pese a ello, han pasado ya mas de media docena de grandes motores japoneses. 



En el caso de la Katana, su propulsor es extremadamente pesado y ancho. Y si no que se lo digan a mi buen amigo Sergio que una mañana de sábado me ayudo a meterlo en el condenado patio y mover de paso otros dos motores, uno de CB900F y el otro de Kawasaki 1000J. La respuesta fue unánime, el mas pesado, con diferencia, el Katana 1100. El mas ligero y compacto, el Kawa. Nuestro motor Katana entró en el patio con menos de medio centímetro de margen, y lo metimos porque yo ya lo había conseguido con otro exactamente igual; que si no, ni lo intentamos. La medida del ancho de la puerta lo dice todo ...

Y así comenzó la cosa, como en otras ocasiones, con el ya tradicional "al agua patos":


Para aislar el interior, tapones de bañera, de los de toda la vida, cerrados a presión con la misma corona de sujeción del escape. Hasta ahora nunca me han fallado, y eso que la limpieza se hace con agua a presión.



 A la ducha, o mas bien "las duchas", siguió el lija que te lija y el pinta que te pinta, como el resto ...






Matizar, que en realidad, lo que se pinta en esta fase es el motor en general. Lo que son tapas, apliques y embellecedores se pintará mas adelante, de manera individualizada, para así conseguir el mejor acabado posible.

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